Y después del calor
y el bulto en la arena
germinan como plantas
entre piedras y heridas.
En el cajón de la esquina
entre papeles y tinteros
polvo y telarañas,
ahí se esconden mil palabras.
Caen a veces como gotas
aún sin lluvia en la ventana,
como tormenta de verano
tras momento de silencio.
tras momento de silencio.
Brincan sin aviso,
llanto o capricho,
por propia voluntad
cual vivas en el mar.
cual vivas en el mar.
Se agolpan en el pecho,
o llamando a la puerta,
sin destino ni prefijo,
mezcla de alabanzas.
Sujeto y predicado,
no hay orden ni sentido,
solo coplas en el viento,
cual alabanza a mi lamento.
Ahí docenas de oraciones,
en la punta de los dedos,
se plasman en la nada,
luego en versos llamaradas.
Alejandro Bercini
23/Oct/07
No hay comentarios.:
Publicar un comentario