“Buenos Días”
Cuando llamó a la puerta
Escuchó el silencio en el fondo del pasillo,
Al final debajo de la ventana
Vio el sol llegar temprano,
Corría despacio sobre el mármol amarillo
Y quemaba los pies del paciente.
Retumbó el viento contra el muro
Y alisaba las cortinas,
Mientras el paciente seguía,
Y las olas mecían el vacío
Llenando de nada la mañana
Con la luz por almohada.
Despertaba ya la tormenta
De cláxones e insultos matutinos,
Los humos negros y espasmos vehiculares
Y aquél seguía sin moverse,
Esperando una respuesta
O un ruido al otro lado.
Pobre espera inútil
Sacrificio de mil minutos,
Se rinde al fin cansado y agotado,
Regresa a casa sin recompensa ni respuesta
Pero volverá mañana a la misma puerta
Y a escuchar el mismo caos ciudadano.
Alejandro Bercini
Cuando llamó a la puerta
Escuchó el silencio en el fondo del pasillo,
Al final debajo de la ventana
Vio el sol llegar temprano,
Corría despacio sobre el mármol amarillo
Y quemaba los pies del paciente.
Retumbó el viento contra el muro
Y alisaba las cortinas,
Mientras el paciente seguía,
Y las olas mecían el vacío
Llenando de nada la mañana
Con la luz por almohada.
Despertaba ya la tormenta
De cláxones e insultos matutinos,
Los humos negros y espasmos vehiculares
Y aquél seguía sin moverse,
Esperando una respuesta
O un ruido al otro lado.
Pobre espera inútil
Sacrificio de mil minutos,
Se rinde al fin cansado y agotado,
Regresa a casa sin recompensa ni respuesta
Pero volverá mañana a la misma puerta
Y a escuchar el mismo caos ciudadano.
Alejandro Bercini
26/oct/07
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