Vi nacer un hada brillante dentro de una gota de lluvia colgada de una hoja del árbol de mi casa, parecía más una sirena, con cola larga y rojiza, pero también alas enormes y además cuernos. Apenas cabía dentro de la pequeña cápsula de líquido vital. No quería que muriera, y eché la gota dentro de una pecera, pero los voraces y envidiosos animales devoraron a la pobre hada-sirena. Con el tiempo el pez cambió de color y le crecieron alas. Huyó por la ventana y jamás volvió. Meses más tarde lo volví a ver en una fotografía en una de esas revistas de casos insólitos, “Descubren maravilla de la naturaleza: Pez alado”. Fue disecado y expuesto a experimentos. El tonto animal no estaba preparado para lo que había allá afuera.
viernes, junio 20, 2008
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1 comentario:
fuera de contexto... no estamos preparados para aceptar que la magia existe, el choque con la realidad puede ser fatal...
cuentos de a peso???
yo daría mucho más por este tipo de escritos que me dejan en pocas líneas una nostalgia con sabor a tierra mojada, perfume y vino tinto.
Un beso guapo!!!
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