jueves, marzo 27, 2008





Esfúmate príncipe de nada y de ayeres,
Donde el sublime recuerdo de un poderoso futuro se desvanece,
Destruyendo veredas que llegan al punto lejano del éxtasis.




martes, marzo 25, 2008


“Hablando de piedras”



Pues no es más que presión, otro nudo en la espalda de piedra que medusa transformó. Tiembla el mundo de miedo, que acelerada la vida sobre él. pero que presión más bella, un halago, un cumplido, y no es falso, es cierto como verde mi veneno. Ahora corre, ahora brinca, ahora no sabe a dónde ir, pero se topa con pared, choca con los nudos y lo detienen. Una vista al mar desierto, de arena y cactus sobre piedras de granito. Pero te escojo a ti mármol rosa, aunque sea yo sólo una piedra gris.




lunes, marzo 24, 2008


“Vaciando letras, derramando tinta”

Ya no hay ganas de continuar escribiendo,
He vaciado mi tintero, ayer mientras golpeaba mi lienzo,
Después lo atravesé a cuchilladas,
Lo vi sangrar, negro y rojo, también blanco,
Que desmotivado, patético, solitario y triste,
Vaya cliché, ahora el artista de barro se descompone al viento,
Otro tabú que no se rompe, sigue intacto, como clon de miles,
Tan desagradable ahora leerle, pierde el encanto, si es que alguna vez lo tuvo,
Que corten el papel, que lo quemen en la hoguera,
Otro como él no vale la pena tener, mejor que se ahorren el oxígeno.
Última copla a nadie, al misterio que encierra el pincel y el lápiz,
Enterrando esa fantasía que una vez existió en la miseria.
Pido se deshaga la escritura, que se olviden los versos,
Entierren su pluma en el oscuro planisferio del vacío tintero.




viernes, marzo 07, 2008

"Estoy cansado de morderme el corazón, no puedo más"



martes, marzo 04, 2008

OverDose, Segunda Parte

Estaba medio borracho cuando llegó a su casa como a eso de las 3 de la mañana, pero había empezado a beber desde las 6pm, justo saliendo de trabajar, era viernes social y se lo tenía bien merecido después de una difícil semana.

La casa estaba casi completamente oscura, de no ser por la pequeña lamparita de prendido automático en la mesa de la sala.
Entre tambaleos y sujetándose de las paredes llegó a su habitación al final del pasillo, y después de varios intentos iluminó su cuarto con un toque.
Ahí estaba, después de un par de meses, sobre su buró, el sobre blanco con su nombre al frente, escrito a puño y letra de su amigo, cerrado todavía, no se había atrevido a abrirla, y no pretendía hacerlo próximamente.

Le guardaba rencor, no quería pensar en él, pero siempre terminaba haciéndolo, todo se lo recordaba. La oficina, la casa que compartían, cuando salía de fiesta, el silencio de su "hogar", todo cambió desde su partida, y seguía odiándolo por eso.

Se sentó sobre la cama, contemplando el maldito papelito a su lado, lo acarició con los dedos y le dio otro trago a la bebida que traía en la mano, esa que se trajo al salir del bar.

"Estúpido"
Le grito al sobre y lo aventó lejos de su vista.

Ni siquiera quería saber por qué demonios lo había hecho. Ya estaba hecho, y las justificaciones no valían de nada, su mejor amigo lo había abandonado y no podía perdonarlo, aún cuando ahora habitaba en el infierno.Al principio del pasillo, tras la puerta cerrada, seguía intacta su habitación, nadie había entrado, ni siquiera la madre.

Una vez lo intentó, pero se arrodilló a llorar frente a la puerta. Se rindió y se fue sin mirar adentro. Tampoco él se había atrevido. Todos los días pasaba frente a esa puerta y se detenía un par de segundos para verla. Entró varias veces antes de enterarse que ya no volvería el muy imbécil mal amigo.

El sueño por fin lo venció, mientras la bebida reposaba sobre el buró, el mismo lugar donde minutos antes estaba el altar para el sobre, ahora los hielos se derretían lentamente entre las paredes de cristal, y él se sumía en la misma pesadilla desde hace dos meses.